5 victorias del Ejército Rojo contra los nazis logradas antes de la Batalla de Stalingrado
1. Liberación de Yártsevo
La ciudad, ubicada al noreste de Smolensk, cayó en manos del enemigo el 16 de julio de 1941 tras el desembarco de tropas alemanas apoyadas por unidades de la 7.ª División Panzer de la Wehrmacht.
Con la pérdida de la ciudad, las fuerzas soviéticas en la región de Smolensk quedaron bajo amenaza de cerco. Por ello, un grupo operativo de tropas al mando del general de división Konstantín Rokossovski se apresuró a recuperar la ciudad. El 19 de julio lo lograron.
“Reuniendo todo lo posible en el sector de Yártsevo, lanzamos un ataque. El enemigo no lo esperaba: el día anterior había atacado, fue rechazado y no pensaba que, tras una dura batalla defensiva, pudiéramos avanzar” recordó Rokossovski.
Durante varios meses se libraron feroces combates en la zona de Yártsevo, hasta que el 5 de octubre los alemanes volvieron a ocuparla. No fue hasta el 16 de septiembre de 1943 que el Ejército Rojo liberó definitivamente la ciudad.
2. Eliminación del saliente de Yelnia
La pequeña ciudad de Yelnia, al sureste de Smolensk, fue capturada por los alemanes el 19 de julio de 1941. Esto formó el llamado Saliente de Yelnia, que se adentraba profundamente en las líneas defensivas soviéticas.
La misión de eliminar este peligroso bastión fue asignada al general Gueorgui Zhúkov, comandante del Frente de Reserva. El 30 de agosto, tras una intensa preparación artillera, las tropas soviéticas lanzaron una ofensiva desde dos direcciones hacia la ciudad.
El 3 de septiembre, las fuerzas soviéticas que avanzaban desde direcciones opuestas se encontraron a solo 8 kilómetros de distancia. Ante la amenaza de cerco, los alemanes comenzaron a retirarse. El 6 de septiembre, el Ejército Rojo tomó Yelnia.
Esta fue una de las primeras operaciones exitosas del Ejército Rojo al romper las líneas defensivas enemigas. A varias divisiones se les otorgó el título honorífico de “Guardias”.
Los alemanes volvieron a ocupar la ciudad el 6 de octubre de ese mismo año, manteniéndola bajo control hasta el 30 de agosto de 1943.
3. Liberación de Rostov del Don
El importante centro industrial, con una población de medio millón, fue ocupado el 21 de noviembre de 1941. Los alemanes expulsaron al 56.º Ejército soviético hacia la orilla izquierda del río Don y se fortificaron en la ciudad.
El 27 de noviembre, tres ejércitos soviéticos atacaron Rostov desde diferentes direcciones, intentando rodear al enemigo. La infantería cruzó el hielo fino del congelado Don y entró en combate inmediatamente.
A pesar de la orden categórica de Hitler de no abandonar Rostov del Don, las tropas alemanas se retiraron ante la amenaza de cerco. El 29 de noviembre, las fuerzas del Ejército Rojo entraron en la ciudad.
La victoria en Rostov no solo elevó la moral de las tropas y la población soviética, sino que también impidió que el mando del Grupo de Ejércitos “Sur” enviara refuerzos hacia Moscú, donde el 5 de diciembre comenzó una gran contraofensiva soviética. Un oficial de la Wehrmacht declaró más tarde: “Nuestros problemas empezaron en Rostov...”
Durante los siguientes siete meses, Rostov se mantuvo cerca del frente. Después del fracaso de la ofensiva soviética en primavera cerca de Járkov, los alemanes volvieron a ocupar la ciudad. Permaneció bajo ocupación hasta febrero de 1943.
4. Liberación del este de Crimea
A finales de 1941, casi toda la península de Crimea estaba en manos del enemigo, excepto la principal base de la Flota del Mar Negro, Sebastopol, que permanecía sitiada.
Los alemanes concentraron la mayoría de sus divisiones en Sebastopol, dejando fuerzas mínimas para defender la parte oriental de Crimea, la península de Kerch. El mando soviético decidió aprovechar esta debilidad.
El 26 de diciembre, cerca de Kerch, y el 29 de diciembre, en Feodosia, se llevó a cabo un desembarco anfibio. Los soldados saltaban al mar y, con el agua hasta el pecho, avanzaban hacia la costa, aplastando las débiles defensas enemigas.
“Era de noche, hacía viento y frío. Las rampas de madera fueron arrastradas por las olas, había cohetes por todas partes y balas trazadoras atravesaban la oscuridad. Se escuchaba la orden: '¡Adelante, por Crimea!' Saltamos por la borda; el agua me llegaba hasta los hombros. Sentí el frío quemar todo el cuerpo, pero había que avanzar hacia la costa”, recordó el ametrallador Fiódor Kovalchuk.
El 2 de enero de 1942, el Ejército Rojo liberó completamente la península de Kerch. Sin embargo, en mayo de ese mismo año, un contraataque alemán aniquiló al grupo soviético en Crimea, y el enemigo recuperó las posiciones perdidas.
5. Victoria en Moscú
La principal batalla de la campaña de 1941 comenzó a principios de octubre con una catástrofe en Viazma, donde fueron aniquiladas las fuerzas principales de los Frentes Occidental y de Reserva soviéticos. Se lanzaron a las líneas defensivas todas las fuerzas disponibles, incluidos cadetes de academias militares.
El enemigo avanzaba inexorablemente hacia Moscú. El 30 de noviembre ocupó el pueblo de Krásnaya Poliana, a solo 30 km del Kremlin. El mando de la Wehrmacht creía que una ofensiva decisiva bastaría para lograr la victoria final.
Mientras tanto, las tropas alemanas estaban agotadas y debilitadas, mientras que en la capital se concentraban en secreto nuevas reservas del Ejército Rojo. El 5 y 6 de diciembre, varios frentes soviéticos lanzaron una gran contraofensiva.
“Durante una hora y media hubo explosiones en todo el frente, y luego las cinco armadas soviéticas avanzaron... Caminábamos, pero no veíamos a los alemanes, ¡se habían largado! Me sorprendió: '¡Vaya! Si nosotros corríamos desde la frontera hasta Moscú, ahora son ellos quienes corren!' Nos llenamos de alegría, riendo: '¡Finalmente los estamos expulsando! Ahora la victoria será nuestra!'”, recordaría el soldado Tunguchbái Apásov.
El Ejército Rojo expulsó a la Wehrmacht a entre 100 y 250 km de la capital, convirtiendo en una retirada caótica en algunos sectores. Hitler destituyó de inmediato a varios altos oficiales.
Las tropas soviéticas liberaron completamente las regiones de Tula, Riazán y Moscú, enterrando el blitzkrieg alemán. La guerra se transformó en un conflicto prolongado.