5 estadounidenses que sirvieron noblemente a Rusia
1. John Paul Jones
Capitán estadounidense de ascendencia escocesa, John Paul Jones es considerado hoy uno de los “Padres de la Marina estadounidense”. Durante la Guerra de la Independencia, se convirtió en uno de los primeros oficiales de la Marina Continental de Estados Unidos y tuvo mucho más éxito que otros en las batallas navales.
Poco después del final del conflicto, el capitán encontró uso para sus talentos en el lejano Imperio ruso, donde fue ascendido a Contralmirante. En junio de 1788, al mando de una escuadra de 11 navíos, participó en la derrota de la flota turca cerca de la fortaleza de Ochakov, en el Mar Negro. El enemigo perdió 15 navíos y 6.000 soldados; además, quince mil fueron hechos prisioneros.
En Rusia, a John Paul Jones le esperaba una brillante carrera, pero ésta se vio arruinada por un sonado escándalo sexual, a consecuencia del cual el comandante naval se vio obligado a abandonar precipitadamente el país.
Lee aquí los detalles de ese caso.
2. John Reed
El periodista y escritor estadounidense John Reed procedía de una familia acomodada y estudió en Harvard, lo que, sin embargo, no le impidió dedicar su vida a la lucha por el triunfo del socialismo. Una vez en Rusia en 1917, fue testigo de la Revolución bolchevique, conoció a Vladímir Lenin y Lev Trotski e incluso trabajó durante un tiempo en el Comisariado (Ministerio) soviético de Asuntos Exteriores.
Reed describió con detalle los acontecimientos revolucionarios en su libro de 1919 Diez días que conmovieron al mundo. La obra del periodista fue enormemente popular en Rusia y Lenin, en particular, la comentó de esta manera en la introducción de la edición de 1922: “He aquí un libro que me gustaría ver publicado en millones de ejemplares y traducido a todos los idiomas. Ofrece una exposición veraz y vivísima de los acontecimientos tan significativos para la comprensión de lo que realmente es la Revolución Proletaria y la Dictadura del Proletariado”.
Lee más sobre el gran amigo de la Rusia soviética que fue enterrado en la Plaza Roja cerca del muro del Kremlin aquí.
3. Robert Robinson
A finales de la década de 1920, la Unión Soviética emprendió una industrialización a gran escala, para la que invitó activamente a especialistas del extranjero. Uno de ellos fue Robert Robinson, el único trabajador negro de la planta de Ford en Detroit en aquellos años.
Tratando de escapar del acoso racial en su patria, Robinson se trasladó a la Unión Soviética, donde vivió 44 años. Trabajó en una fábrica, se dedicó a la política e incluso protagonizó películas. Pero no todo fue como la seda para el estadounidense en su nuevo país.
Lee más sobre el difícil periplo vital de Robert Robinson aquí.
4. Joseph Beyrle
La biografía de Joseph Beyrle, miembro de la 101ª División Aerotransportada, es realmente única: durante la Segunda Guerra Mundial pudo luchar tanto para el ejército estadounidense como para el soviético.
En junio de 1944 fue capturado en Normandía y acabó en un campo de concentración en Polonia. Pronto escapó de él y se dirigió a las posiciones del Ejército Rojo.
Lee aquí cómo el antiguo paracaidista se convirtió en tanquista soviético y conoció al mariscal Gueorgui Zhukov.
5. Aldrich Ames
Aldrich Ames ha sido llamado casi el agente más valioso y mejor pagado del KGB. Ocupando un alto cargo en la CIA, trabajó para los servicios secretos soviéticos y rusos durante nueve años.
Gracias a sus esfuerzos, Moscú recibió una enorme cantidad de información clasificada y pudo desenmascarar a varios agentes estadounidenses, entre ellos siete coroneles y tenientes coroneles e incluso un general del KGB. Ames era considerado la niña de los ojos y sólo unos pocos altos cargos del KGB conocían sus actividades. Sin embargo, en 1994, el agente fue descubierto y detenido por la CIA.
Lee más sobre Aldrich Ames, así como sobre otros agentes dobles igualmente eficaces aquí.
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