Rascacielos estalinista en la capital de Polonia. Te contamos la historia
La idea de la construcción perteneció personalmente a Stalin, que lo expresó por primera vez en 1951. Tras la Segunda Guerra Mundial, la República Popular Polaca fue aliada de la Unión Soviética. Moscú también participó activamente en la reconstrucción de la destruida Varsovia, de ahí la decisión de donar un edificio monumental, que además tenía un importante significado ideológico. El proyecto fue diseñado por Lev Rudnev, uno de los coautores del edificio principal de la Universidad Estatal de Moscú en la Colina de los gorriones. El Palacio de Varsovia se asemeja mucho a este particular rascacielos estalinista.
El acuerdo entre Polonia y la URSS sobre la construcción del "regalo" se firmó el 5 de abril de 1952, y las obras comenzaron ya el 1 de mayo. 3.500 trabajadores soviéticos llegaron a Varsovia y se instalaron en un barrio especialmente construido de la ciudad. Además de ellos, 4.000 polacos fueron empleados en la construcción. Todos los gastos de materiales de construcción fueron pagados por la URSS. Por ejemplo, la fachada fue revestida con azulejos de cerámica hechos por encargo especial en la fábrica de los Urales. Los trabajos fueron supervisados por ingenieros soviéticos. A pesar de que el rascacielos está diseñado según los cánones del estilo Imperio estalinista, algunos elementos remiten a monumentos arquitectónicos polacos; por ejemplo, la parte superior de la torre del reloj recuerda a la torre del Ayuntamiento de Cracovia.
Poco antes de la inauguración oficial, el Secretario General soviético Nikita Jrushchov y el Primer Ministro indio Jawaharlal Nehru y su hija Indira Gandhi visitaron el edificio. La ceremonia de inauguración del palacio tuvo lugar el 22 de julio de 1955.
El edificio tiene 46 plantas, incluidas dos subterráneas. En su interior hay 3.288 habitaciones. El palacio albergó en su día el Centro de la Amistad Polaco-Soviética, el Instituto de Ciencias Sociales y las redacciones de editoriales de clásicos marxistas-leninistas. Ahora alberga varios museos, teatros e instituciones educativas; funcionan una sala de cine y una piscina, así como una sala de congresos para casi 3.000 plazas. A 114 metros del suelo, en la planta 30, hay una plataforma de observación. En febrero de 2007, el Palacio de la Cultura y la Ciencia fue incluido en el registro de monumentos arquitectónicos. Es el único ejemplo de arquitectura socialista que se conserva en la capital polaca.
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