¿Sabías que una vez el Hermitage fue… de color rojo?
Además de Telegram, Puerta a Rusia difunde contenidos en su página de VKontakte. ¡Únete a nosotros!
El Palacio de Invierno ha cambiado de color en varias ocasiones. Sus fachadas han sido repintadas más de una vez. Originalmente, era de un tono ocre-amarillo, color asignado por el arquitecto Bartolomeo Rastrelli. Cada monarca añadía sus propias modificaciones. No se trataba solo de preferencias estéticas, sino también de las condiciones climáticas locales: la pintura desvaída debía renovarse. Por ejemplo, con Alejandro II las fachadas adquirieron un tono más oscuro, y con Alejandro III el palacio ganó un matiz rojizo.
Los cambios más notables ocurrieron bajo Nicolás II: el último zar ordenó pintar el Palacio de Invierno en un rojo ladrillo intenso. Concebido originalmente como una estructura ligera y elegante, en 1901 el palacio se convirtió en una presencia imponente que dominaba toda la plaza. Además, los edificios circundantes también fueron pintados de rojo.
Sin embargo, cuatro años después, tras el Domingo Sangriento, esa idea ya no pareció tan acertada, y el palacio fue repintado en un tono más claro.
Después de la Revolución, el Palacio de Invierno volvió a cambiar de color varias veces, hasta que a finales de la década de 1940 adquirió su apariencia actual.