5 razones para visitar el nuevo Museo del Inconformismo de Moscú (Imágenes)

1. En el centro de la vida cultural de la ciudad

El museo está situado en el cruce de las principales rutas culturales de la capital, en la calle Miasnítskaia. Cerca hay numerosas galerías, museos y teatros y el Kremlin se encuentra a 10 minutos a pie. Literalmente enfrente se encuentra uno de los principales lugares turísticos: la famosa tetería del comerciante Perlov, construida al estilo chino. El contraste visual -la exótica fachada de la tienda y los enormes escaparates del museo, a través de los cuales se ve la sala de exposiciones- llama inmediatamente la atención.

2. Conocer a distintos representantes del inconformismo

El nuevo museo está dedicado al arte ruso no oficial de los años 1950-1980. La colección incluye obras de Anatoli Zvérev, Ígor Vuloj, Yuri Zlótnikov, Vladímir Yákovlev, Ígor Shelkovski, Alexéi Kamenski y otros artistas de la colección de la fundadora Nadezhda Bríkina. Conocida galerista, lleva más de treinta años coleccionando obras de estos artistas, a los que califica de "arte fuerte": sus representantes creaban desafiando al sistema, sin poder exponer oficialmente.

3. Establecer paralelismos con el arte contemporáneo

Además de artistas inconformistas, la colección del museo incluye obras de sus alumnos y discípulos, que han seguido desarrollando sus ideas en la actualidad: Olga y Oleg Tatarintsev, Vladímir Soskiev, Mijaíll Krunov. En la primavera de 2024, por ejemplo, está previsto que el museo inaugure una exposición de Ígor Nóvikov.

4. Estar a solas con el arte 

El museo ha resultado ser muy camerístico: en la planta sótano hay una exposición permanente, y en la planta baja hay un espacio para exposiciones temporales. Gracias a esta disposición, se puede escrutar la colección sin prisas y sin miedo a estar entre una multitud.

5. Ver la exposición de Marlen Spindler 

El museo promete cambiar sus exposiciones cuatro veces al año. Ahora puedes familiarizarte con la obra de Marlen Spindler: la exposición "Antes de las vacaciones" presenta unas cincuenta obras suyas de diferentes épocas. El artista combinó su trabajo oficial en el campo de la gráfica industrial y el desarrollo de marcas con su trabajo "para sí mismo" y "a instancias de su alma". En particular, se muestra aquí su búsqueda de "imágenes" icónicas: Spindler consideraba a Andréi Rubliov su maestro y creaba frescos mezclando sus propios colores y buscando arpillera para la base.

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