Tras la muerte de Alexánder Pushkin, Nicolás I mantuvo a toda su familia. ¿Por qué?
Pushkin llevaba varios años exiliado por su poesía y su libre pensamiento. Pero cuando el nuevo zar subió al trono, el poeta se dirigió a él personalmente y le pidió que le permitiera regresar a la capital.
Nicolás I decidió que sería un hermoso gesto, y no sólo perdonó al deshonrado Pushkin, sino que le invitó a una audiencia y le prometió ser su censor personal. El poeta y el zar estaban encantados el uno con el otro, pero más tarde su relación se estropeó. Pushkin nunca se acostumbró a la atención que la policía secreta le prestaba a él y sus poemas. Además, Nicolás I premió al poeta con el rango más bajo de la corte (que le resultaba humillante por su posición y edad) y le obligó a aparecer en todos los bailes, cosa que Pushkin detestaba.
Tras el famoso duelo a causa de los rumores sobre el romance de la esposa del poeta con Georges Dantés y la inminente muerte de Pushkin, numerosos admiradores de este acusaron a la sociedad y prácticamente al propio emperador de su muerte.
Al parecer, Nicolás I sentía su implicación en el destino de Pushkin, y volvió a tener un gesto caballeroso: perdonó a Pushkin todas las deudas con el fisco, así como pagó todos sus préstamos y deudas de juego. Natalia Goncharova recibió del zar una enorme pensión, que le fue abonada hasta que contrajo un nuevo matrimonio. También se pagó regularmente a las hijas de Pushkin hasta que se casaron, y a sus hijos hasta que llegaron a la mayoría de edad.
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