El equivalente ruso de “Me suena a chino”, la asombrosa historia de una frase hecha

El equivalente ruso de “Me suena a chino”, la asombrosa historia de una frase hecha
Kira Lisitskaya (Foto: Dominio público; unsplash.com)
En ruso utilizamos la expresión "kitáiskaia gramota" ("escritura china" o "misiva china") para describir algo complicado, incomprensible y difícil de entender. Pero, ¿existió realmente tal misiva como documento físico?

Teoría número uno: histórica

Según una teoría, la expresión "kitáiskaia gramota" procede de un documento histórico que el cosaco de Tomsk Iván Petlin trajo de China en 1619.

En 1618, una misión encabezada por Petlin fue a Pekín. A los cosacos no se les concedió la audiencia suprema porque no habían llevado ningún regalo para el emperador de la dinastía Ming, Zhū Yìjūn. En su lugar, les entregaron una carta del emperador chino para el zar Mijaíl de Rusia. El documento decía que se permitía a los rusos visitar el país y comerciar dentro de sus fronteras, y proponía establecer una correspondencia entre las dos cortes.

La carta fue enviada a Moscú, donde estuvo acumulando polvo durante 56 años. Nadie pudo leerla. Se cree que al final la tradujo un diplomático al servicio del zar Alexéi Mijáilovich (Alexis de Rusia) llamado Nikolái Gavrilovich Spathari. Para entonces, sin embargo, la misiva del emperador de la dinastía Ming ya había perdido su relevancia porque los representantes de la dinastía Qing (gobernada por los manchúes) habían tomado el poder en China.

¿Por qué se tardó medio siglo en leer la "kitáiskaia gramota"?

El equivalente ruso de “Me suena a chino”, la asombrosa historia de una frase hecha Embajadores rusos del siglo XVII en China
Revista Niva / dominio público

En el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, las lenguas china y manchú no se conocían en Rusia, ni la lengua rusa en China. En las negociaciones, se recurría al latín y al mongol a través de intermediarios: misioneros occidentales que se habían establecido en China en el siglo XVI, o intérpretes mongoles. La doble traducción distorsionaba el sentido del original. Es más, los traductores a veces añadían u omitían cosas deliberadamente. Y, de todos modos, su conocimiento de las lenguas distaba mucho de ser perfecto. La práctica de comunicarse a través de una "tercera lengua" persistió hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando los estudiantes de la Misión Eclesiástica Rusa en China, establecida en Pekín a principios del siglo XVIII, asumieron la labor de traducción.

El uso de una lengua intermediaria también tenía un aspecto político negativo. Al fin y al cabo, los representantes de terceros países se enteraban de los asuntos de Rusia y China. Y no siempre se mostraban favorables a Rusia o interesados en el desarrollo de las relaciones de Rusia con el Imperio Celeste.

En resumen, parece que no había ningún deseo de involucrar a extranjeros en la traducción de la carta y, puesto que no había ninguna necesidad urgente de ello, el documento fue guardado y olvidado durante mucho tiempo.

Segunda teoría: lingüística

El equivalente ruso de “Me suena a chino”, la asombrosa historia de una frase hecha Tadeo Bulgarin
Dominio público

En la literatura rusa sobre temas contemporáneos, la expresión "kitáiskaia gramota" aparece por primera vez en 1829 en la novela de Tadeo Bulgarin Iván Vizhiguin.

"¡Vizhiguin! He venido a ofrecerle la situación de director en mi cancillería.

- ¡Tenga piedad de mí, conde! No tengo la menor experiencia en los negocios, y puedo hacer más mal que bien. <...> Los negocios para mí son tan extraños como la escritura china (Dela tak mne chuzhdi, kak kitáiskaia gramota)".

No se puede descartar, por supuesto, que el recuerdo del documento de Zhū Yìjūn sólo resurgiera en la escritura contemporánea dos siglos después de la expedición de Petlin. Pero los expertos consultados por nosotros -historiadores de la lengua rusa y sinólogos- ponen en duda que la frase proceda de la misiva del emperador Ming.

Consideran más probable que apareciera en la lengua rusa como calco de un modismo tomado de una lengua extranjera y superpuesto a la frase rusa ya existente "tarabárskaia gramota" (que significa pronunciamiento o escrito críptico o incomprensible). Este proceso se conoce como "contaminación" fraseológica.

Pistas sobre los orígenes franceses de "kitáiskaia gramota".

Varias lenguas han utilizado el término "chino" para describir algo incomprensible:

  • Griego (Αυτά μου φαίνονται κινέζικα // "me parecen chinos")
  • Hebreo (זה סינית בשבילי // "me parece chino")
  • Húngaro (Ez nekem kínai // "es chino para mí")
  • Japonés (ちんぷんかんぷん // imitación fonética del habla china)
  • Holandés (Dat is Chinees voor mij // "es chino para mí")
  • Letón (Tā man ir ķīniešu ābece // "es el alfabeto chino para mí")
  • Lituano (Tai man kaip kinų kalba // "para mí es como chino")
  • Serbio (Ко да кинески причаш // "parece que hablas chino")
  • Búlgaro (Все едно ми говориш на китайски // "es como si me estuvieras hablando en chino")
  • Polaco (To dla mnie chińszczyzna // "para mí es todo chino")

La expresión "chino" utilizada por Tadeo Bulgarin probablemente pasó del francés al ruso. El francés tiene la expresión "c'est du chinois" ("es chino"), que aparece en los diccionarios a partir de 1790 y fue utilizada activamente durante todo el siglo XIX por los autores para denotar algo incomprensible. El comienzo del siglo XIX en Rusia estuvo marcado por el florecimiento de la francomanía, y la nobleza utilizaba la lengua francesa y modismos franceses en el habla cotidiana y en su correspondencia.

Es interesante echar un vistazo a la biografía del propio Bulgarin. En las historias de la Rusia prerrevolucionaria, Bulgarin, nacido en lo que entonces era el Gran Ducado de Lituania, era considerado un polaco. A los nueve años, con escasos conocimientos de ruso, fue enviado a San Petersburgo para su escolarización. Cuando tenía poco más de 20 años se fue a Polonia y se alistó en el ejército del Ducado de Varsovia creado por Napoleón, y participó en la guerra de 1812 del lado de Francia. Así pues, la frase "kitáiskaia gramota" podría haber derivado de las expresiones francesa o polaca.

Kitáiski = tarabarski

El equivalente ruso de “Me suena a chino”, la asombrosa historia de una frase hecha Grabado que muestra una recepción oficial, posiblemente en la Ciudad Sagrada de Pekín (actual Pekín).
SSPL/Getty Images

La expresión "tarabárskaia gramota" -que denota algo ininteligible, codificado, incomprensible sin una clave del código- ya existía en la lengua rusa.

Según el diccionario enciclopédico Brockhaus y Efron de 1914, "tarabárskaia gramota" se utilizaba para designar un código simple o basado en letras. Era un sistema de cifrado tomado de Bizancio y conocido por los eslavos ya en el siglo XIII. En él, todas las consonantes del alfabeto cirílico se colocaban en dos filas de 10 letras cada una, estando las letras de la fila inferior en orden inverso. Para cifrar una letra había que sustituir las consonantes del texto por sus "vecinas" de la fila superior o inferior. El diccionario fraseológico explicativo de Morits Mikhelson de 1902 dice que "se empleaba en las cartas diplomáticas incluso antes del siglo XV, y ahora la utilizan los Viejos Creyentes en su correspondencia secreta".

En cuanto a "gramota", incluso en el primer diccionario explicativo de la lengua rusa -el Diccionario de la Academia Rusa (1790)- la palabra tenía varios significados. Entre ellos figuraban no sólo "decreto del Soberano", "carta, misiva" y "tratado, disposición pacífica de dos Soberanos en la firma de un tratado de paz y alianza", sino también la "capacidad de leer y escribir".

"Kitáiskaia gramota" en el sentido en que la frase fue utilizada en la respuesta del protagonista de Tadeo Bulgarin significaba literalmente "escritura incomprensible", y no un documento. Exactamente el mismo significado se cita en el diccionario fraseológico explicativo de Morits Mikhelson de 1902: "escrito ininteligible, incomprensible".

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