Invierno, osos y peligros: tres mitos sobre Siberia
Siberia ocupa casi el 10% de la superficie del total de la superficie terrestre. Limita por el sur con las estepas mongolas y con las costas heladas del Ártico por el norte. En esta tierra de convictos y héroes, de yacimientos de gas, campos petrolíferos, carbón y oro, se encuentra uno de los mayores espacios forestales del mundo. Los viajeros van a Siberia en busca de aventuras al aire libre, nuevos descubrimientos y adrenalina entre la taiga, las montañas indómitas, ciudades con edificios de madera y como no…el Transiberiano.
Invierno perpetuo en Siberia
La frase “en Siberia hace frío” refleja probablemente una de las ideas más arraigadas sobre esta parte del mundo. De hecho, así se piensa tanto en el extranjero como en la propia Rusia. En octubre ya hay que sacar las botas de invierno, el gorro y los guantes pero en Siberia no hay un invierno perpetuo.
El fotógrafo polaco Rafal Milach, que ha viajado varias veces a Siberia para trabajar en la serie de fotografías 7 habitaciones, declaró a RBTH: “Mi primera visita fue en verano. Llegué a Novosibirsk con botas de invierno y hacía casi 40º. Pensaba que en Siberia debía hacer un poco más de frío”.
Es cierto que en el extremo norte de la región de Krasnoyarsk, en el pueblo llamado Dikson hay montículos de nieve en junio y el mar de Kara está cubierto de hielo, pero es que esta zona forma parte del Ártico. Pero si echa un vistazo a la ciudad de Krasnoyarsk en junio, en la misma región, verá cómo las estudiantes toman el sol junto al río Yeniséi, y cómo hay que echarse crema solar para protegerse. En otro lugar, en las montañas Altái hay una fresca temperatura primaveral.
Tampoco vamos a negar que hace frío... pero también se puede tomar con humor. El año pasado, el proyecto “I am Siberian” organizó la divertida campaña “Playas blancas de Siberia”, para mostrar que las vacaciones de invierno en Siberia pueden ser tan alegres como las de verano en cualquier otro lugar.
Osos en Siberia
“En Siberia los osos andan por la calle” es otro mito popular. Es cierto que hay enormes espacios de taiga donde habitan los osos pardos, así que no tiene sentido negar nuestra vecindad con los plantígrados.
Pero, en cualquier caso, hay que reconocer que todo depende del lugar.
Por ejemplo, si va de excursión a los montes Sayanes occidentales, o llega hasta las diminutas aldeas de la región de Irkutsk, rodeadas por la taiga, la probabilidad de encontrare con un oso será elevada. De vez en cuando aparecen en las afueras de la ciudad. Los motivos más frecuentes por los que se acercan a los humanos son los incendios y la escasez de bayas y frutos secos.
Es habitual considerar al oso como un símbolo de Siberia, pero se trata, probablemente, de una marca turística que se ha ido formando con el paso del tiempo.
Si usted viene al sur de la región de Altái, lo primero que le llamará la atención es el cielo en el que vuelan los milanos. Si pasa por las estepas de Dauria, al sur de la región de Zabaikalie, la gente del lugar le explicará que los principales animales salvajes de ese territorio son los manules, ágil trepados felino, y los corzos. Y si llega hasta la región norte, comprenderá que el sentido de la vida para los escasos pueblos nativos se encuentra en el reno.
Siberia: un lugar peligroso
A veces se oye decir a los turistas que llegan a Siberia que sus familiares y amigos intentaron hacerles desistir de su viaje ya que “es un lugar peligroso”.
Probablemente esto tenga que ver con que durante la época soviética muchos campos de prisioneros del Gulag se encontraban más allá de los Urales. Miles de reclusos trabajaban en condiciones terribles; pero la Unión Soviética ya no existe y los campos de prisioneros están en ruinas y olvidados. Desde hace años las regiones siberianas reciben a turistas de todo el mundo. Por eso, Siberia no es un lugar más peligroso que cualquier otro lugar del planeta.
Deje a un lado los estereotipos, prepárese para vivir nuevas experiencias y emprenda su propio viaje a Siberia.
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