Kor-70, el hidroavión embarcado que nunca pasó de ser el sueño de un ingeniero aeronáutico soviético
En 1969, los ingenieros I. Berlin y V. Korchaguin, que trabajaban en cuestiones marítimas en la oficina de diseño de R. Bartini, llevaron a cabo una iniciativa de desarrollo del concepto de un avión de despegue y aterrizaje vertical embarcado.
Sus tareas principales hubiesen sido desde la vigilancia antisubmarina de buques de guerra a la, búsqueda, seguimiento y destrucción de submarinos enemigos, comunicación entre buques y con la costa, entrega de carga de emergencia y personal de servicio, desembarco de grupos de infantes de marina. Además, podría haber ayudado a buques expedicionarios, y en la búsqueda de bancos de peces comerciales.
En condiciones meteorológicas difíciles, este hidroavión de despegue vertical relativamente pequeño podría despegar y aterrizar cuando el oleaje del mar alcanzase e incluso supera ligeramente los 3 puntos.
Los modos de despegue y aterrizaje por avión aumentan la capacidad de carga útil y, en consecuencia, el alcance y la duración del vuelo, ahorran el recurso limitado de los motores de sustentación.
Al mismo tiempo, el avión de despegue y aterrizaje vertical Yak-38 fue adoptado por la aviación de flota. V. Korchaguin recuerda:
“El despegue vertical supone un enorme derroche de combustible y, como consecuencia, un corto alcance y una menor carga de combate. En general, el Yak-38 no era un gran logro para la Armada, y menos aún una panacea para todos sus problemas”.
Con el Kor-70, el estado de la mar permitiría al avión despegar del agua, como un hidroavión, sin gastar en levantar parafina en enormes cantidades, sin volver a medir varias veces la potencia de los motores. Concibieron una máquina que, en caso de necesidad, pudiera despegar verticalmente desde cubierta, y en otras ocasiones, sería el 80% del tiempo en temporada, pudiera ser bajada por grúa hasta el agua y despegar de la manera ordinaria.
Pero, por desgracia, como explican en Airwar.ru el proyecto del avión no se elaboró en detalle, sólo presentaron una solicitud para el desarrollo del diseño preliminar. Y el Ministerio de Industria Aeronáutica lo trató a la manera tradicional: “¿Qué clase de diseñadores son estos y porqué se están metiendo en asuntos equivocados?”
Como resultado, el proyecto quedó enterrado, aunque los marinos mostraron gran interés por él.
El proyecto no se llevó a cabo. Algún tiempo después, la oficina de diseño comenzó a trabajar activamente en un nuevo avión VBA-14 y el KOR-70 cayó en el olvido.
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