Cuando los húngaros crearon, con un T-34 y el motor de un Mig-21, un vehículo apagafuegos
En febrero de 1991, cerca del final de la Guerra del Golfo, el ejército iraquí en retirada incendió más de 700 pozos de petróleo kuwaitíes, convirtiendo el desierto en un paisaje casi apocalíptico. Hasta seis millones de barriles de petróleo ardieron cada día durante 30 semanas, lanzando llamas de hasta 300 pies de altura y cubriendo el cielo con un humo negro y espeso. Apagar los fuegos era una tarea casi imposible.
Una solución llegó del Este
Era conocido que los soviéticos habían conseguido apagar incendios en pozos de gas y petróleo y limpiar de nieve los aeródromos utilizando un único motor a reacción de un caza MiG-15 atornillado a la plataforma de un camión grande. Estos vehículos se siguen usando en la actualidad.
Así, ingenieros húngaros tomaron un tanque T-34 (un tanque ruso de la Segunda Guerra Mundial) y le instalaron dos motores de reacción de cazas MiG-21 soviéticos en la parte superior. Lo bautizaron como “Big Wind”.
¡Y esto fue la primera cosa que realmente funcionó en el golfo para deshacerse del fuego de una manera eficiente! Era tan bueno los bomberos que antes habían fallado en la en la extinción de los pozos de petróleo en llamas quedaron un poco celosos y lo llamaron el "Cañón Gulash".
Como ejemplo de efectividad de este ingenio, baste un dato que publica Topwar.ru, en tan sólo 43 días de trabajo, el esfuerzo conjunto de los bomberos logró extinguir nueve pozos y prepararlos para su restauración y posterior puesta en funcionamiento.
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