¿Dijo Alexánder Nevski la frase sobre el destino de quienes vengan a nosotros con la espada?
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En su vida no perdió ninguna batalla. En 1240, en el lugar donde el río Izhora desemboca en el Neva, dio batalla a las tropas suecas. Sin esperar ayuda, confiando solo en su druzhina y en los milicianos, infligió la derrota al enemigo. Dos años después, sobre el hielo del lago Peipus, aniquiló a los guerreros de la Orden Livona. En la historia el príncipe quedó como defensor de la tierra rusa: en 1724, por orden de Pedro I, sus reliquias fueron trasladadas a la laurea de Alexánder Nevski. La figura del santo volvió a cobrar vigencia poco antes de la Gran Guerra Patria.
En 1937 al director de El acorazado Potemkin, Serguéi Eisenstein, le propusieron rodar una película sobre Nevski. Se considera que Stalin siguió personalmente la creación de la epopeya, y su resolución “un buen príncipe así no puede morir” obligó a Eisenstein a cambiar el final de la película. En el guion original, el protagonista moría envenenado por los hordianos. Pero tras la intervención del líder, el punto final de la película se colocó después de la victoria sobre los caballeros alemanes. Al liberar a los teutones de la prisión, Alexánder Nevski dice: “Id y decid en tierras extrañas, que Rusia vive. Que no teman venir a visitarnos, pero si alguien entra con espada contra nosotros, morirá por la espada. Sobre eso se sostiene y se sostendrá la tierra rusa”.
Stalin aprobó la película, y Alexánder Nevski estuvo casi un año en cartelera, pero desapareció tras la firma del pacto de no agresión entre la URSS y Alemania. Se recordó en 1941: entonces las palabras “quien venga a nosotros con espada, morirá por la espada” cobraron un nuevo aliento. Aunque el príncipe real no las pronunció, esta promesa de ajuste de cuentas empezó a usarse por todas partes como si fuera una cita suya.