
¿Qué es la Comisión Fúnebre y cómo apareció en Rusia?

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A diferencia de su predecesora, la Comisión trabajaba según los estándares adoptados en Europa Occidental. Así, fue a partir del siglo XVIII cuando en Rusia se empezaron a hacer máscaras mortuorias de los monarcas fallecidos y a utilizar en las ceremonias espadas y escudos caballerescos.
La Comisión Fúnebre estaba encabezada por el mariscal supremo y el maestro de ceremonias supremo, que eran escogidos entre el círculo más cercano del nuevo gobernante. El cargo podía ejercerse en varias ocasiones. Por ejemplo, el príncipe Nikolái Yusúpov desempeñó el cargo de mariscal supremo tres veces: en los funerales de Pedro III, Catalina II y Pablo I.

Los empleados de la comisión se seleccionaban de diferentes instituciones, atrayendo a los mejores en su campo. Entre ellos había funcionarios de cancillería, comerciantes, pintores y arquitectos, en total más de 50 personas.
Trabajaban en un ala de uno de los palacios imperiales. Las salas se adaptaban a la atmósfera de luto: las mesas se cubrían con paño negro y los documentos se expedían en papel fúnebre con lacre negro.
La Comisión elaboraba todo el curso de los actos fúnebres, definía a los participantes de las ceremonias, las fechas y detalles del luto, y adquiría los objetos necesarios. Un departamento especial traducía el ceremonial al francés, la lengua internacional de la época, y lo enviaba a los diplomáticos extranjeros invitados al entierro.

Después del funeral, la Comisión Fúnebre rendía cuentas de los gastos, los empleados recibían dinero y regalos, y luego se disolvía… hasta la próxima vez.
Artefactos de los funerales de Pedro el Grande y otros objetos de la época pueden verse en la exposición El último triunfo de Pedro el Grande. Por delante, la eternidad en los Museos del Kremlin de Moscú hasta el 1 de febrero de 2026.