¿Qué gobernantes de Rusia se interesaron por lo sobrenatural?
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1. El emperador Pablo I creía en presagios y escuchaba a los locos santos y a las adivinas. Se tomaba muy en serio la magia de los números y consideraba el cuatro como su cifra sagrada.
El número cuatro realmente jugó un papel decisivo en su vida: el emperador reinó cuatro años y cuatro meses. Vivió tan solo cuarenta días en el Castillo Mijáilovski, donde murió a los 46 años.
2. Alejandro II, al igual que toda Europa a finales del siglo XIX, se aficionó al espiritismo y participaba con gusto en sesiones espiritistas. En su corte se recibía calurosamente al célebre médium escocés Daniel Home, al que el propio emperador organizó su primer matrimonio.
Así describió una de las damas de honor, Anna Tiútcheva, una sesión con la presencia del zar: “La mesa se levantó, giró y comenzó a golpear marcando el compás del himno ‘Dios salve al Zar’... Todos los presentes sintieron el contacto de unas manos misteriosas... El soberano dice que vio los dedos de una mano, dedos transparentes y luminosos.”
3. A Nicolás II y a su esposa, Alexandra Fiódorovna, lo sobrenatural los atrajo por la desesperación que les causaba no poder concebir un heredero al trono. Hasta el nacimiento del zarévich Alexéi en 1904, solo habían tenido hijas.
En busca de ayuda, la pareja imperial acudió tanto a sanadores populares, como Matrona la Descalza, como a ocultistas profesionales. El más famoso de estos últimos fue el médium y vidente Philippe Nizier. “Querido amigo”, como lo llamaba Nicolás, se convirtió en consejero del zar en un amplio abanico de cuestiones.
Nizier predijo el nacimiento del zarévich, pero debido a intrigas en el entorno del emperador se vio obligado a abandonar Rusia en 1902. El puesto de “amigo del zar” no quedó vacante por mucho tiempo. Años más tarde lo ocuparía el “stárets santo” Grigori Rasputín.