Así eran los hoteles soviéticos ‘Intourist’ para extranjeros
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En Batumi, el hotel para huéspedes extranjeros fue construido en 1938 según el proyecto del famoso Alexéi Shchúsev, autor del Mausoleo de Lenin y de la estación Kazanski en Moscú. Se considera que este edificio fue valorado como una de las posibles sedes para la reunión entre Stalin, Churchill y Roosevelt, aunque, finalmente, se celebró en Yalta.
Otro proyecto de Shchúsev para “Intourist” fue el hotel en Bakú, situado en pleno centro, en la avenida de los Petroleros.
En Volgogrado, el “Intourist”, diseñado por Borís Goldman, abrió en 1957, en el mismo corazón de la ciudad. Allí se alojaban tanto turistas extranjeros como invitados de alto rango. Detrás de sus severas fachadas clásicas se escondían lujosos interiores al estilo del imperio estalinista.
Una parada obligatoria en cualquier viaje por la URSS era Moscú. A finales de los años 60, en la calle principal de la ciudad (Gorki, hoy Tverskaya) se levantó un rascacielos “Intourist” con más de 400 habitaciones.
En Chisináu, el hotel “Intourist” tenía este aspecto.
El verdadero paraíso junto al mar estaba en Sochi: allí el “Intourist” ofrecía vistas y comodidades de primera.
También hubo hotel “Intourist” en Jabárovsk.
E incluso en el lago Baikal, con vistas al majestuoso espejo de agua.