5 costumbres rusas que se podrían adoptar en América Latina
La cultura de la dacha
Uno de los mayores placeres de la estación cálida de Rusia es la posibilidad de volver a conectar con la Madre Tierra. A los rusos les encanta cultivar patatas, plantar parterres de flores y árboles frutales en un pequeño huerto. Los soviéticos asignaron terrenos a los habitantes de las ciudades para su descanso veraniego. Con su tradicional laboriosidad, los rusos conseguían cultivar una cantidad considerable de alimentos que duraban hasta el invierno.
Sería una gran iniciativa de salud pública si se permitiese que los habitantes de las ciudades latinoamericanas tuviesen sus propias dachas o pequeñas granjas en terrenos públicos. Además del ejercicio físico, ¿qué hay más satisfactorio y saludable que cultivar tu propia comida? Igual que quien tiene menta, hierbabuena, albahaca o perejil en el balcón, me encantaría poder ir a las afueras los fines de semana y convertirme en granjero a tiempo parcial.
Wifi gratuito de alta velocidad
Cuando hablamos de conexión a Internet, Rusia está por encima de muchos países. El metro de Moscú y San Petersburgo ofrece wifi gratuito a los que deben realizar largos desplazamientos para llegar al trabajo, lo que es realmente una suerte. También existen numerosos hotspots gratuitos en las calles de las grandes ciudades.
Los ferrocarriles rusos también están planeando introducir wifi gratuito en los trayectos largos. Es cierto que yo preferiría un viaje en el Transiberiano en el que las personas se relacionasen las unas con las otras y no con sus teléfonos móviles, pero, no hay duda de que sería un gran avance tecnológico.
Sería fantástico tener wifi gratuito y rápido, por lo menos en muchos lugares de América Latina.
La bania
Las banias (saunas) son una parte esencial de la vida rusa. Es un gran lugar para desintoxicarse al tiempo que te reúnes con los amigos.
Muchas de mis experiencias más curiosas y dignas de recordar en Rusia han tenido relación con la bania. En invierno es tradición saltar a la nieve recién caída tras calentarse en el vapor de la bania. Para los menos atrevidos, puede bastar un chapuzón en una piscina fresca, un río o un lago.
Con más saunas y a precios más asequibles, una visita semanal podría convertirse en una saludable costumbre para la clase media latinoamericana.
Servicio militar
Esta propuesta levantará ampollas, pero creo que demasiados jóvenes son perezosos, caprichosos e indisciplinados. Realmente creo que un año de servicio militar debería ser obligatorio, ya que una temporada en el ejército sacaría a los jóvenes de su comodidad y les ayudaría a ser más disciplinados.
Además, haría que muchos de los que critican a las Fuerzas Armadas desde la comodidad de su sofá fuesen más empáticos con los que arriesgan sus vidas cada día para proteger a los civiles en el país. A veces, los que han nacido después de 1990 necesitan un buen empujón.
“Conversaciones en la cocina”
Desde la época soviética la gente se ha reunido en las cocinas para hablar de manera íntima y compartir secretos. La gente se sigue sentando alrededor de una mesa, con té y algunos dulces para tener dushévnie razgavori ("conversaciones del alma") e intercambiar secretos e intimidades, en definitiva, para cultivar la amistad. Algunos dicen que debido a esta importancia de los lazos personales, el psicoanálisis no ha triunfado en Rusia: nadie tiene que ir donde un profesional a hablar de sus problemas, basta sentarse en la cocina con un buen amigo.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes