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La Madre Patria, la estatua que vigila Volgogrado

Serguéi Smirnov
La monumental estatua de la Madre Patria que domina la ciudad actual de Volgogrado es el vivo recuerdo de la batalla más sanguinaria de la Segunda Guerra Mundial. Situada en la colina Mamáyev Kurgán, la figura descansa sobre un solemne complejo dedicado a los caídos soviéticos y a la resistencia de una ciudad que fue desolada y que en aquel momento se llamaba Stalingrado.

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La resistencia del ejército soviético ante el ataque de las tropas nazis sobre la ciudad de Stalingrado fue diseñada en la 'altura 102.0', palabra en clave que recibió la colina Mamáyev Kurgán –nombre atribuido al militar Mamáy, jefe de las Hordas Azules del imperio mongol– y que dominaba la ciudad en la que se encuentran los ríos Volga y Tsaritsa. El lugar fue elegido por su privilegiada posición, por lo que las fuerzas del Eje intentaron en numerosas ocasiones hacerse con su situación.

A. Goriáchev / Sputnik

Entre el 12 y 13 de septiembre de 1942, apenas un mes del comienzo de la batalla, se produjeron algunos de los primeros éxitos de los soviéticos. Posteriormente, fue el lugar en el que Vasili Záitsev, el mítico francotirador ruso, dio caza a su rival Heinz Thorvald. Finalmente, la colina fue testigo del fin de una de las batallas más crueles de la historia, que se cobró más de dos millones de muertos, en su mayoría soviéticos, alemanes y rumanos. Pero, sobre todo, vecinos de Stalingrado.

Serguéi Fomín / Global Look Press

El centro de la ciudad no pudo resistir a seis meses de continuos ataques y quedó en ruinas, mientras que las bombardeadas tierras del Mamáyev Kurgán se mezclaban con la sangre de los miles de muertos que dejaron los ataques alemanes. A medida que se aproximaba el final de la guerra fue surgiendo, casi por unanimidad, la idea de levantar en ese heroico promontorio el memorial a los caídos que defendieron Stalingrado.

Un homenaje eterno

Tras la victoria soviética, multitud de voluntarios fueron llegando para ayudar a reconstruir la ciudad. En 1945, el gobierno soviético otorgó a Stalingrado el título de Ciudad Heroica y, poco después, Stalin ordenó la construcción de una estatua de gran tamaño que recordase para siempre lo ocurrido y que simbolizase los valores y resistencia del pueblo ruso. Numerosos escultores entusiasmados con el proyecto presentaron sus ideas, pero el mandatario soviético encargó la tarea final a Evguéni Vuchétich, un destacado escultor del realismo socialista que ya había diseñado el monumento memorial de los soldados soviéticos en Berlín.

La construcción del complejo comenzó en mayo de 1959 y terminó el 15 de octubre de 1967. En el conjunto destacaba, por encima del resto, la inmensa estatua de la Madre Patria –también conocida como ¡La Madre Patria te llama!–, realizada con hormigón y metal. Vuchétich se inspiró en la "Niké" de Samotracia, la escultura de mármol del siglo II a.C que se exhibe en el Louvre. Además, Vuchétich contó con varias modelos de Stalingrado para tomar las formas de su proyecto.

Los camiones transportaron, durante interminables jornadas laborales, las ocho mil toneladas de hormigón que se necesitaron para su construcción. El encargado de conseguir que todo ese engranaje de pesadas piezas resultara impecable fue el ingeniero Nikolái Nikitin. Una de las características más espectaculares de la Madre Patria es la espada que mantiene amenazante en su mano derecha. El material original del arma era de acero, pero, con el paso del tiempo, ésta se balanceaba con vientos fuertes, por lo que decidieron sustituirla por una de titanio.

En total, la estatua mide 85 metros de alto. Sólo la figura humana cuenta con 52 metros, mientras que la espada tiene 33 metros de altura. En el momento de su inauguración oficial el 15 de octubre de 1967 –a la que asistieron todos los grandes miembros del gobierno soviético, incluido Leonid Brézhnev–, la estatua era la más grande del mundo, ya que la estatua de la Libertad de Nueva York –de 93 metros de altura total– tiene una estructura sobre la que se erige. El símbolo de la libertad y la resistencia, sin duda, residía en Stalingrado.

Pese a que es la gran estatua de la Madre Patria la que ha alcanzado la fama y admiración internacional, el conjunto arquitectónico incluye otras muchas esculturas que representan el horror del asedio nazi. Una de las estatuas más destacadas es la del comandante Vasili Chuikov, que fue el asesor del escultor, y que aparece retratado en la escultura ‘Luchen hasta la muerte’. La ‘Madre dolorida’ sostiene a un soldado fallecido y la Sala de la Gloria militar es el mausoleo que cuenta con la Llama Eterna y los nombres de más de 7.000 soldados fallecidos inscritos en las paredes. El lugar está cargado de simbolismo; 34.505 combatientes soviéticos descansan bajo la estatua, a la que se llega tras ascender 200 escalones, tantos como días duró el asedio de la actual ciudad de Volgogrado.

El conjunto memorial es uno de los iconos del turismo de Volgogrado, ya que consigue atraer, cada año, más de dos millones de turistas. El complejo abre todos los días del año, festivos incluido, y la entrada es gratuita.

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