Estudiante de El Salvador: ‘Lo que me llevó a escoger Rusia es el idioma’
Roberto Pérez, de 20 años, vino a Moscú desde San Salvador. Está estudiando Psicología en la Escuela Superior de Economía (HSE, por sus siglas en inglés). Se siente bastante cómodo e independiente en la capital rusa y dice que la experiencia de vivir aquí le ha ayudado a romper los estereotipos sobre Rusia y los rusos.
- ¿Por qué elegiste venir a Rusia?
- Son varios factores. Nunca quise estudiar en la universidad de mi país porque la educación está muy poco desarrollada. Por ejemplo, las dos mejores universidades de mi país están muy desactualizadas, tuvieron la última actualización del pénsum académico en 1998 y en 2005. Yo comenté a mis padres que no quería estudiar en mi país y que quería irme. Mi papá estudió Medicina en Alemania y me decía que siempre hay oportunidades, solo tienes que saber buscarlas: “Si yo lo pude hacer, tú también puedes”. Estuve trabajando durante dos años y fue cuando empecé a buscar distintas oportunidades: en países bálticos, Rumanía, Rusia. Fui aceptado en Letonia, Lituania y Rusia, así que tenía tres opciones. Lo que me llevó a escoger Rusia es el idioma, porque me interesaba. Empecé a estudiar el ruso unos 3-4 meses antes de venir. Había visto un vídeo de un chileno que estaba en Rusia y me interesó. Además, con el Mundial hubo un auge de la cultura rusa. Luego la universidad en la que estoy es la más avanzada en Rusia y de Europa Oriental.
- Llegaste a Rusia en 2022, ¿Cómo se lo tomó tu familia? ¿Se preocuparon por ti?
- Pues, ellos no se dejaban guiar por las opiniones de la prensa amarillista, sabían que no daban una visión objetiva. Yo les dije los pros y los contras y me preguntaron por qué no iba a Lituania (fue la primera que me aceptó) pero no me convenció la universidad y al final entendieron mi decisión y luego empezaron a apoyarme.
- Antes de venir aquí, ¿qué visión tenías de Rusia? ¿Ha cambiado algo desde entonces?
- No tenía expectativas, pero temía que las cosas fueran un poco caóticas por lo de la guerra o que en la universidad iba a ser como: “¡Uauh! ¡Un extranjero! ¡Uauh!” El primer temor no se cumplió porque vivo aquí y parece que no hay ninguna operación especial, todo está en orden. Mis padres me preguntan: “¿Cómo están las cosas por allí porque nos dicen que está todo mal?” Si bien los precios han subido por la inflación pero todo está tranquilo. Respecto al segundo temor, el primer día mis compañeros sí se sorprendieron, pero luego casi nada.
- ¿Cómo te adaptas al clima y al idioma? ¿Qué es lo más difícil en Rusia?
- Lo primero es el idioma. Tuve el privilegio de haberlo estudiado unos meses antes, esto me ayudó a aprenderlo más rápido. Empecé a estar más cómodo 6 meses después de mi llegada. ya podía manejarme solo, aunque todavía hay situaciones (como cuando voy al médico) que se me complican a veces. Con respecto al clima, no fue tan duro. Mientras tengas una bufanda, unas orejeras y un abrigo de invierno, estás bien. Quizás lo que no me gusta del invierno es que cuando nieva mucho y luego en un momento dado esta nieve se convierte en el hielo y te resbalas y puedes caerte. Me he caído varias veces, afortunadamente las caídas no han sido muy dolorosas.
- ¿Te gusta Moscú como ciudad?
- La ciudad me sorprendió desde el primer día que vine. Primero, por el orden que hay. Es un poco caótica en el sentido de que hay mucha gente que siempre va rápido, pero este orden se ve cuando comparas a Moscú con otras ciudades. He estado en Helsinki, Viena, Estambul, Nueva York, Washington, en los Estados de Virginia y Maryland. Si comparo a Moscú con Viena o Helsinki puedo decir que es una ciudad mucho más desarrollada. Nueva York se parece a Moscú por el alto ritmo de vida y la cantidad de personas que hay. Pero en Moscú hay más orden, más seguridad, más aseo. No he visto aquí incidentes, como robos, asaltos en el metro, violencia, racismo, que se ven mucho en Nueva York. Hay un buen sistema de transporte público, hay seguridad social. Creo que en Moscú siempre hay actividades para hacer.
Si uno quiere ir a un museo, siempre hay exposiciones, si uno quiere ir a un concierto, siempre los hay, si vas a un bar o restaurante siempre hay sitio para ti. Lo mismo con el deporte. Esto me gusta mucho. Lo que me gusta menos quizás es que al ser una megalópolis es una ciudad más individualista, lo puedo ver en el metro: cada uno va con sus auriculares, teléfonos como si quisieran decir: “Este es mi espacio, no me molesten, por favor, no quiero interactuar con nadie”.
- ¿Tienes lugares favoritos en Moscú?
- Me gusta mucho el estadio Luzhnikí, me gusta ir allí a correr, a caminar, a jugar al fútbol. También me gusta el parque Neskuchni sad. Me gusta caminar por el centro, me siento tranquilo, puedo ir solo y no habrá ningún problema. Es que en el país de dónde vengo hay un alto índice de criminalidad, entonces uno no podía moverse con esta seguridad.
- ¿Estás en un equipo de fútbol de la universidad?
- Tenemos la selección de la universidad pero también hay ligas estudiantiles donde los estudiantes por iniciativa propia crean sus equipos. Así que estoy en dos equipos, pero también me gusta ir al gimnasio (voy 3 veces por semana como mínimo), voy también a natación. Me gusta correr en verano. Además ayer fui a una prueba de selección para entrar en equipo de remo de la universidad y puede que me acepten y practique el remo. Además de los estudios, el deporte es la otra parte importante de mi vida aquí en Rusia.
- ¿Estás satisfecho con tus estudios?
- Estoy muy satisfecho con la universidad. No podría haber esperado más. A nivel académico estoy muy bien, pero a nivel personal no me siento muy satisfecho. Aunque no he tenido que repetir ninguna asignatura, se me han presentado las dificultades por el idioma. No es lo mismo estar cómodo en Rusia que ir a clase donde el nivel que se requiere es mucho más alto, prácticamente el nivel de un nativo. Esto genera algunas dificultades.
- ¿Qué piensas hacer cuando acabes la carrera?
- Puede que cambie de opinión en el futuro, pero me gustaría irme a Austria a estudiar una maestría. Para cambiar un poco de ambiente y aprender el alemán.
- ¿Vivir en Rusia te ha enseñado algo?
- La verdad es que sí. Muchas veces por nacionalidad uno puede tener prejuicios, pero solo cuando conoces a la gente de verdad, entiendes que son erróneos. Por ejemplo, ¿Cuáles son los estereotipos que tiene la gente sobre Rusia y los rusos? Que son fríos, violentos, que les gusta beber, que les gusta pelear, que les cuesta expresarse, que no se ríen, no sonríen... Son estereotipos con connotaciones negativas pero cuando vives aquí entiendes que depende mucho de las personas. Los rusos pueden parecer distantes pero cuando empiezas a interactuar con ellos, descubres que pueden ser cálidos, amables, comprensivos, depende de cada persona.
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