La singular restauración de dos pabellones de la VDNJ, de cerca (FOTOS)
Pabellón de la Industria Cárnica
Hubo dos versiones de este pabellón. La primera se construyó en 1939, pero después de la II Guerra Mundial se derribó. En la década de 1950, se reconstruyó en un nuevo lugar al estilo del Imperio de Stalin, con elementos barrocos y clasicistas.
Hasta 1956, el pabellón se llamó “Glavmiaso”, luego pasó a llamarse “Industria cárnica”. Su primera planta albergaba una exposición dedicada a los logros de la industria cárnica soviética, mientras que en la segunda había una sala de degustación, donde los visitantes podían probar los productos deficitarios, fabricados por las plantas procesadoras de carne, así como comprarlos.
En la década de 1990, la exposición de la industria cárnica cerró y el propio pabellón se alquiló para locales comerciales y oficinas.
Tras la reciente restauración, se decidió revivir el ambiente de los años 50 del pabellón. Se restauró la singular pintura de cerámica del interior, así como el mármol de las paredes y las lámparas de araña de bronce. Incluso se recreó la fuente de cerámica de uno de los salones.
También se restauró el símbolo principal del pabellón: una gran escultura de un toro en el tejado. La versión original se creó en la década de 1930, pero la escultura sufrió daños durante el traslado. Hubo que recrear el aspecto del toro con ayuda de fotos de archivo, así como la fachada de estuco que representa toros.
Pabellón del ‘Grano’
Este pabellón es el tercero de todos los edificios de la VDNJ en cuanto a altura; sólo los pabellones “Espacio” y “Central” son más altos. Como muchos otros edificios, éste también fue reconstruido: el primer pabellón del “Grano” fue derribado en 1938-1939.
El edificio albergó una exposición dedicada a las industrias cerealista y hortícola de la URSS. Esta exposición también se clausuró en la década de 1990 y el pabellón se alquiló.
Sin embargo, la restauración revivió su histórica aguja dorada de 3,5 metros de altura, así como la estrella de rubí que la coronaba. Se ensambló de nuevo a partir de los fragmentos de la antigua estrella, encontrados en el desván del pabellón, y del armazón origina.
Por cierto, una de las pocas cosas que ha sobrevivido casi por completo son las vidrieras. En una de las salas, los renovadores restauraron una pintura única que crea la ilusión de ausencia de techo, un efecto que se utilizaba a menudo en la decoración de palacios e iglesias durante el Renacimiento. El fresco representa el cielo con nubes ondulantes y estandartes rojos ondeando.
Ahora, este pabellón albergará una exposición de la Universidad Politécnica de Moscú.
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