Mijaíl Jodorkovski
El caso contra el multimillonario se ha convertido en el proceso judicial más relevante de la Rusia pos-soviética y la opinión pública se muestra dividida. Las personas de tendencia más liberal creen que el caso tiene motivaciones políticas y lo consideran una venganza del propio primer ministro, Vladímir Putin, por el pulso que Jodorkovski les echó a las autoridades a principios del 2000, cuando financió abiertamente a partidos de la oposición. Sin embargo, otras personas pueden empatizar con la situación personal del magnate, pues tal compasión por un hombre encarcelado por crímenes no violentos es habitual en Rusia; pero, al mismo tiempo, consideran justa la sentencia. Esta opinión se debe a la riqueza y fama que el oligarca Jodorkovski amasó en los años 90. Jodorkovski es un símbolo de las salvajes políticas de privatización de principios de los 90, cuyos resultados no acepta todavía una parte importante de la sociedad rusa.