Otoño dorado en Carelia (FOTOS)
Además de Telegram, Puerta a Rusia difunde contenidos en su página de VKontakte. ¡Únete a nosotros!
Mientras el clima aún no se ha vuelto demasiado frío, el invierno solo se hace sentir con las primeras heladas y las espesas nieblas matinales. Se puede pasear por las calles del pueblo de Sortavala, admirar los antiguos edificios de estilo modernista nórdico, descender a la orilla del lago Ládoga, desde donde sale regularmente un ferry al monasterio de Valaam, o realizar una caminata con una atmósfera muy especial hasta la cima del monte Paaso.
No es alta, solo tiene 79 metros en total, pero desde su cima se ofrecen vistas magníficas de los alrededores. También se puede ver desde allí el famoso 'Expreso de Ruskeala' avanzando pesadamente.
Un destino imperdible es el Parque de la Montaña de Ruskeala.
La gente va allí para ver el famoso lago, formado en el lugar de una antigua cantera de mármol, donde una vez se extrajo piedra para los palacios e iglesias de San Petersburgo.
Recorra los senderos del parque, admire las vistas desde los miradores y luego descienda bajo tierra a una de las galerías para visitar el Gran Salón Columnado y el Lago Subterráneo.
El reino otoñal del rey de la montaña tiene su propio encanto: el oro de los árboles resalta la belleza agreste de la naturaleza.
Y las tallas locales en piedra lucen especialmente impresionantes, como si hubieran sido colocadas por la mano del mago más grande del mundo: la naturaleza misma. Explore con libertad, pero no olvide abrigarse bien.
Continúe su ruta con un viaje por los skerries de Ládoga, también conocidos como los fiordos carelianos.
Este archipiélago, situado en el norte y noroeste del lago Ládoga, contiene más de 300 islas rocosas donde la naturaleza prístina se ha conservado inmaculadamente.
Se formaron durante el movimiento de los glaciares: las cuencas resultantes se llenaron de agua, y los afloramientos rocosos con el tiempo se desgastaron, convirtiéndose en mini islas.
Las focas anilladas de Ládoga, por su parte, habitan en las aguas locales. Normalmente se las puede ver en primavera –abril y mayo– cuando las aguas del lago aún no se han calentado.
El aire allí es especialmente puro: en los skerries crecen coníferas y se pueden encontrar diversas bayas, como moras de los pantanos y arándanos rojos, mientras que los acantilados ofrecen vistas fantásticas.
Y, en 2017, se estableció un parque nacional en los skerries de Ládoga.