7 compositores rusos que sirvieron en el ejército (Imágenes)
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1. Nikolái Rimski-Kórsakov
Aunque su talento musical se manifestó bastante temprano, pues el joven Nikolái creó sus primeras obras a los 11 años, parecía que su destino estaba predeterminado: al igual que su tatarabuelo, abuelo, tío e incluso su hermano, estaba destinado a servir en la marina. Inicialmente, consideraba la composición musical como un pasatiempo: escribía “por diversión, por imitación”. Por eso, tras graduarse con honores del Cuerpo de Cadetes Navales, el guardiamarina Rimski-Kórsakov emprendió un viaje alrededor del mundo a bordo del bergantín Almaz (“Diamante”). Visitó Noruega, Inglaterra, Brasil y, durante la guerra civil estadounidense, América del Norte.
Casi abandonó la música por completo, y su interés por el servicio naval comenzó a enfriarse: le atraían más las tierras lejanas. Pero en 1865, al regresar a San Petersburgo, Rimski-Kórsakov completó y estrenó su Primera Sinfonía. Asistía a los ensayos con su levita militar, para sorpresa de los músicos. En 1871, se convirtió en profesor del Conservatorio de San Petersburgo, aunque continuó en servicio terrestre durante dos años más.
2. Modest Músorgski
Las primeras lecciones de piano del futuro compositor se las dio su madre, y cuando se hizo evidente que el niño poseía un talento excepcional, se contrató a un pianista profesional como profesor. Tras ingresar en la Escuela de Alféreces de la Guardia, Músorgski siguió componiendo e incluso escribió una alegre polca titulada “El alférez” para sus camaradas, que se convirtió en su primera obra publicada.
Durante su servicio militar en el Regimiento Preobrazhenski, nunca olvidó la música e incluso organizó un club musical con sus compañeros de armas. Pero en 1858 se retiró, admitiendo: “Combinar el servicio militar con el arte es un asunto complicado”.
3. Alexánder Aliábiev
La famosa romanza El ruiseñor, sobre una joven infeliz abandonada por su amante, no fue escrita por un compositor de corte, sino por el teniente coronel Alexánder Aliábiev, héroe de la Guerra Patriótica de 1812. Apasionado por la música desde la infancia, combinaba su trabajo en el departamento de minería con la composición. En 1812, como corneta voluntario, se alistó primero en un regimiento cosaco y luego en uno de húsares. Aliábiev participó en batallas clave contra el ejército de Napoleón, incluidas la Batalla del Berezina, la toma de Dresde y Leipzig y la entrada en París. En 1823, el teniente coronel Aliábiev se retiró.
4. César Cui
General ingeniero y autor de un manual de fortificación, César Cui impresionó a sus compañeros con su talento musical desde niño. A los seis años ya aprendía marchas militares de oído y, a los 14, escribió su primera pieza musical. Pero, por insistencia de su padre, eligió una carrera militar: se graduó en la Escuela de Ingeniería de San Petersburgo y luego en la Academia Militar de Ingeniería Nikoláiev. Enseñó topografía y, en 1877, el coronel Cui fue enviado al frente de la Guerra Ruso-Turca, donde participó en la fortificación de las posiciones rusas cerca de Constantinopla. Enseñó en las principales instituciones militares (el Estado Mayor, las academias Mijáilovskaya y Nikoláiev) y dio lecciones de fortificación nada menos que al futuro Nicolás II.
Durante todo este tiempo, Cui permaneció inseparable de la música y siguió componiendo. Sus óperas se representaron no solo en Rusia, sino también en el extranjero. Incluso después de la Revolución, se mantuvo fiel a su vocación: se unió al Ejército Rojo y continuó enseñando.
5. Nikolái Miaskovski
El padre del futuro compositor también eligió una carrera militar para su hijo. Así que Nikolái estudió en los Cuerpos de Cadetes de Nizhni Nóvgorod y el Segundo de San Petersburgo, y se graduó en la Escuela Militar de Ingeniería de San Petersburgo. Ingresó al conservatorio a los 25 años, combinando el servicio en un batallón de zapadores con la devoción por las musas. En 1914, el teniente Miaskovski sufrió una grave conmoción cerebral durante los combates de la Primera Guerra Mundial, mientras su poema sinfónico Alastor se estrenaba en Moscú y San Petersburgo.
Tras la Revolución Bolchevique de 1917, sirvió en el Estado Mayor Naval. Durante la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial), escribió canciones y marchas, así como su Sinfonía n.º 22, dedicada a los acontecimientos de la guerra. Fue galardonado con el Premio Stalin cinco veces por sus composiciones
6. Alexéi Lvov
El autor del himno Боже, Царя храни (Dios salve al zar) fue general en la escolta de Nicolás I y director de la capilla de la corte. A los siete años ya tocaba el violín a la perfección y compuso sus primeros preludios para piano a los 15. Sin embargo, ingresó en el Instituto de Ingenieros de Ferrocarriles. Durante la Guerra Ruso-Turca, participó en el sitio de Varna y recibió la Orden de San Vladimiro. El emperador tenía a Lvov en gran estima: por haber compuesto el himno Боже, Царя храни, lo nombró ayudante de campo.
También fue amigo de los compositores alemanes Felix Mendelssohn y Robert Schumann, quienes valoraban a su colega ruso no solo como compositor, sino también como excelente violinista.
7. Matvéi Vielgorski
El salón musical de los hermanos Vielgorski era famoso en todo San Petersburgo. Matvéi el menor, fue un excelente violonchelista, autor de romances, obras teatrales y oberturas, además de héroe de la Guerra Patriótica de 1812. Sirvió en el 3.º Regimiento Cosaco Ucraniano, luchó en las batallas de Leipzig y Dresde, y fue ayudante de campo del príncipe Vasili Trubetskói. En 1826, el coronel Vielgorski se retiró y sirvió en la corte de las emperatrices Alejandra Fiódorovna y María Fiódorovna.